La historia del barrio de Recoleta, Ciudad de Buenos Aires
domingo 8 de diciembre, 2024
Recoleta, conocido como "la París argentina" por su arquitectura de estilo francés, es un barrio residencial céntrico de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina. Este barrio, que integra la Comuna 2, es un lugar de gran interés histórico y arquitectónico, con una rica historia que se remonta a los primeros años de la ciudad.
Los orígenes del nombre "Recoleta"
El nombre del barrio proviene del Convento de los Padres Recoletos, una orden franciscana originaria de Francia que se estableció en la zona a principios del siglo XVIII. Los recoletos, conocidos por su vida austera dedicada a la oración, el trabajo y el silencio, construyeron un convento y una iglesia dedicada a Nuestra Señora del Pilar. La iglesia, cuya construcción finalizó en 1732, se convirtió en un punto de referencia para la zona. La gente comenzó a llamarla "la Recoleta" o "de los recoletos", nombre que se extendió a todo el barrio.
De tierras inhóspitas a barrio elegante
A principios del siglo XVIII, Recoleta era una zona rural en las afueras de la ciudad. Esta área "desolada y lúgubre" estaba ubicada junto al Río de la Plata y al arroyo Manso, un curso de agua que hoy se encuentra entubado bajo la avenida Pueyrredón. Con el tiempo, algunas quintas se establecieron en la zona.
Un evento clave en la transformación de Recoleta fue la epidemia de fiebre amarilla de 1871. Las familias adineradas, que vivían en la zona sur de la ciudad (San Telmo y alrededores), huyeron hacia el norte, buscando refugio en las zonas más altas de Retiro y Recoleta.
La altura del terreno en Recoleta ofrecía una menor presencia de insectos transmisores de la enfermedad. Estas familias, descendientes de personajes destacados de la época independentista, construyeron majestuosas residencias de estilo francés en Recoleta, lo que le dio al barrio su distintivo toque de refinamiento y elegancia.
La arquitectura francesa y el apodo de "París argentina"
La influencia francesa en la arquitectura de Recoleta es evidente en la avenida Alvear, donde se pueden admirar construcciones icónicas como el palacio Duhau, el palacio Fernández Anchorena (actual sede de la nunciatura), el Jockey Club y el tradicional Hotel Alvear. Muchos de los materiales utilizados en la construcción de estas residencias, como boiseries, mármoles, bronces y vitrales, fueron importados de Europa.
La construcción de grandes palacetes y petit hôtels de estilo parisino se extendió hasta la década de 1920. Lamentablemente, muchas de estas edificaciones fueron demolidas a partir de la década de 1960 para dar paso a construcciones más modernas, aunque de menor valor arquitectónico.
Recoleta: un barrio de contrastes
Si bien Recoleta es conocida por su opulencia y sus espacios verdes, también alberga una zona con una arquitectura más reciente y de menor calidad, ubicada entre las calles Agüero, Córdoba, Mario Bravo, Soler, Sánchez de Bustamante y Mansilla. Esta área, con viviendas construidas entre las décadas de 1950 y 1960, se considera a menudo como parte del barrio de Palermo. La única construcción histórica en esta zona es el Hospital de Niños Dr. Ricardo Gutiérrez, inaugurado en 1875.
El legado histórico y cultural de Recoleta
Recoleta es un barrio que respira historia y cultura. Además de su arquitectura singular, el barrio alberga el Cementerio de la Recoleta, una de las principales atracciones turísticas de la ciudad. Este cementerio, diseñado por el francés Prosper Catelin e inaugurado en 1822, es una muestra excepcional de arquitectura funeraria de los siglos XIX y XX. Entre sus mausoleos y bóvedas se encuentran los restos de numerosos personajes ilustres de la historia argentina, incluyendo presidentes, artistas y figuras destacadas de la sociedad.
El Centro Cultural Recoleta, ubicado en el antiguo asilo para ancianos General Juan José Viamonte, es otro punto de interés en el barrio. Este centro, administrado por los monjes recoletos en sus inicios, se ha convertido en una de las salas de exposiciones de artes plásticas más importantes de Buenos Aires. A pocos metros del Centro Cultural, cruzando la avenida del Libertador, se encuentra el Museo Nacional de Bellas Artes, con una colección permanente de obras de arte de valor incalculable.
La Biblioteca Nacional, un edificio de estilo brutalista diseñado por Clorindo Testa, alberga más de cuatro millones de libros, incluyendo incunables y un ejemplar de La Divina Comedia. El Palais de Glace, una antigua pista de patinaje sobre hielo transformada en un centro de exposiciones multimedia, también se encuentra en Recoleta.
Un barrio con un espíritu vibrante
Recoleta, un barrio de contrastes y riqueza histórica, sigue siendo un lugar de encuentro para la cultura, el arte y la vida social. Desde sus elegantes residencias hasta sus espacios verdes y sus instituciones culturales, Recoleta ofrece un viaje fascinante a través del pasado y el presente de Buenos Aires.
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